El sábado 22 de noviembre en Rívoli, en el instituto Darwin (provincia de Turín) ha cedido el techo de una clase porque estaba costruido con un material poco resistente que debía sujetar un tubo de hierro fundido, por lo tanto muy pesado.
El techo, al caer, ha causado una muerte y veinte heridos, de los cuales uno muy grave, pues podría quedar puralizado de las extremidades inferiores. Por una alumna de esa clase se ha sabido que pocos segundos antes del accidente fue batida la puerta de entrada y que las vibraciones de esta han causado el hundimiento.
Las primeras hipótesis del hundimiento parecían estar vinculadas al mal tiempo, pero fueron excluidas por los bomberos que han efectuado los primeros controles del edificio. En cambio, el hundimiento se cree que fue debido a un fallo estructural a causa del estado obsoleto del edificio construido durante los primeros años del siglo XX. Por este hecho hemos entendido que sería necesario invertir mucho más dinero en las estructuras escolares. En efecto, sería necesario efectuar contro les cada año y, si fuera necesario, un consiguiente mantenimiento.
Nos ha impresionado mucho una pancarta puesta ante el instituto Darwin que decía : “¿CÓMO PODREMOS MORIR EN EL TRADAJO SI ANTES MORIMOS EN LA ESCUELA?”
Esta frase representa la indignación de la escuela porque un estudiante no debe preocuparse de que el techo se le pueda caer en la cabeza y morir.
Enrico Cordero e Riccardo Gatti (2 E)