Sólo tenía nueve años y todavía estaba bajo el mar, en el mundo de los niños. Delante de ella no había nada, pero desde poco que estaba empezando a ver a un metro por encima del nivel del mar la realidad. La miró un poquito, le pareció nublada y decidió que no deseaba seguir creciendo.
Entró en la cocina y vio a su madre cosiendo un abrigo mientras que su abuela, en silencio, sin esperar nada, tenía la mirada perdida en el tiempo. Luego se giró y se dejó encantar por los ruidos de la televisión.
Abrió la boca para hablar pero ya no se acordaba de lo que deseaba. Ya había salido del mar.
María Basso (3F)