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Welcome to AmericaNo es fácil dejar todo y partir. Tus costumbres, tus amigos, la escuela, tu familia, son cosas que te pertenecen y una mañana te despiertas y todo desaparece; te encuentras en una habitación que no es la tuya y oyes voces que no son las de tus padres. El primer periodo no fue fácil acostumbrarse porque las costumbres y los horarios son diferentes. Cuando me hablaban comprendía una centésima parte de lo que me pedían y la comida era diferente a la italiana. La familia, a pesar de estos pequeños problemas, me integró como un miembro más y me trataron como a una hija.
Aquí en Florida siempre hace calor y estoy rodeada de lagos de todo tipo. Vivo en una ciudad llamada Lakeland, entre Tampa y Orlando y está cerca del mar. La ciudad es tranquila y el centro no es muy grande, pero se pueden hacer muchas cosas.
La escuela es la típica americana: los armarios en los pasillos, los estudiantes que cambian de clases, los bailes durante el año… Puedo decir que es como vivir en una película. La escuela comienza a las 7 de la mañana y termina a las 2 de la tarde. Estudian cosas diferentes y los profesores usan métodos diferentes de enseñanza. Aquí ellos no comen mucho durante la comidas y picotean entre horas durante el día. La cena es a las 5.30 de la tarde y se come mucha comida basura.
Ellos viven la vida sin planificar. No tienen ningún tipo de programa y viven una vida tranquila sin estrés. Los adolescentes son autosuficientes: por ejemplo, trabajan, pagan los gastos sin ayuda de los padres, toman decisiones y algunos chicos de 16 años no viven jamás con sus propios padres.
He hecho muchas experiencias que me han ayudado a crecer y apreciar más lo que tengo y también la fortuna que tengo de estar aquí. Estoy muy feliz de mi decisión y aprovecho de esta oportunidad para vivirla lo más que puedo porque no se va a volver a repetir jamás.

Alice Petruccioli (4F)

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