CARTA DEL MONSTRUO DEL LAGO NESS A UN CIENTÍFICO
Querido señor:
He oído que usted quiere empezar muy pronto la precisa exploración de los fondos marinos de mi lago, con un minúsculo submarino, para descubrir por fin, el misterio que desde algunos siglos caracteriza mi figura (si así se puede decir).
Usted quiere descubrir toda la verdad sobre el “Monstruo de lago Ness”. ¿Por qué? ¿A quién podrá servir un descubrimiento así? Seguramente no a mis paisanos escoceses que serían privados, en muy poco tiempo, de una de las mayores atracciones turísticas.
Permítame decirle algunas hipótesis que se pueden averiguar si usted decide hacer este descubrimiento:
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USTED DESCUBRE QUE YO NO EXISTO. Todos dirán que yo soy un impostor, en pocos años yo seré olvidado; el lago Ness no interesará a nadie y probablemente se convertirá en un lugar muy feo y será una víctima de la especulación edilicia.
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USTED DESCUBRE QUE YO EXISTO Y ME CAPTURA. Más de cien, mil científicos vendrán desde todo el mundo para estudiarme, tocarme y quizás también para seccionarme. Intentarán clasificarme, me harán acoplar con las salamandras, con los yacarés y con otros animales.
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USTED DESCUBRE QUE YO EXISTO Y YO LO COMO. Esta tercera hipótesis evidentemente es desventajosa sobre todo para usted, pero también para mi salud y para mi conciencia.
Para convencerlo que no le escribo solo por mi salud y amor de mí mismo, quiero añadir que si usted descubrirá la verdad sobre el “Monstruo del lago Ness”, cometerá un crimen contra la poesía y contra la fantasía. Hará caer otra ilusión para los que saben soñar y fantasear y que, si hablan de mí, no hablan de un pez, un anfibio o un dinosaurio; hablan de una fábula, un mito. Por eso, señor, hablo para quien sueña, para quien no ha perdido todavía la fantasía, le pido que renuncie.
Atentamente,
El Monstruo del lago Ness
Giulia Cavagliato (2F)