Es la que te escucha siempre,
aunque no tenga oídos.
Es la que te habla cuando estás mal,
aunque no tenga boca.
La que te entra, se une a tu sangre
y te hace bailar hasta sentirte muerto.
Es la que cuando el mundo se habrá ido,
se quedará contigo.
Cada una de ellas es un estilo,
una manera diferente de ver la vida.
No necesitas hablar su ídioma para entenderla,
no necesitas conocerla para saber cuánto es importante.
Para algunos es un trabajo,
para otros una pasión.
Tú la bailas, yo la escribo,
tú la cantas, él la toca.
Muchos la llaman música,
pero su verdadero nombre es vida.
Claudia Brizzi (3E)